Soy videógrafo de bodas, me llamo Luis Moraleda y cuento pequeñas grandes historias en vídeo. Como la vuestra.
Supongo que puede estar bien conocer un poco más a quien puede acompañaros en un día tan importante. Saber alguna cosa de ese chico tan alto que está detrás de la cámara. Así que puedo comenzar contando que soy un enamorado del arte, el cine, los videojuegos de estrategia y aventura y la música. Y que de alguna manera todo lo anterior llena mi mente de videógrafo con encuadres, colores, luz y banda sonora que tienen que salir por algún lado.
O también si sabéis que soy adicto a viajar, conocer gentes y nuevos lugares. He pisado 4 continentes, muchos países y culturas distintas. Fuera del «arte» me mueve el alma saber más sobre el Cosmos conocido, nuestra selección de fútbol, Los Juegos Olímpicos, Rafa Nadal, la cocina y el Mus. Por citar algunas.
Lo cierto es que no me dí cuenta pronto de que ser videógrafo sería una opción. De hecho en la Universidad comencé por estudiar Física. Pero mi amor al Cine, el arte y lo audiovisual ocupaban más cuota de pasión, y terminé licenciado en CC. de la Comunicación audiovisual. Eso me llevó a trabajar en Cine, en los departamentos de Producción y Dirección en películas españolas y co-producciones extranjeras.
Fue a partir de entonces cuando asumí que quería controlar el proceso creativo por mí mismo, rodando y editando. Así llegué a la cinematografía de bodas y enseguida me entusiasmó afrontarla de forma muy diferente a lo que se venía haciendo en España, salvo por 2 o 3 pioneros que ya abordaban la misma misión que yo iba a poner en marcha bajo mi prisma.
Vuestra boda es un día de capital importancia para vosotros, y eso precisamente es lo que más me atrae. Emociones que encontrar , detalles que descubrir, un entorno testigo de todo lo que sucede…. Poder narrar vuestra pequeña gran historia es para mí un reto apasionante. Y lo afronto casi con tanta ilusión y responsabilidad como vosotros. No me importa nada sobrepasar las horas de trabajo si el vídeo es lo que yo creo que debe ser. De hecho trabajo en él hasta cuando no ruedo o edito. Pensando, imaginando, dándole forma.
Así que supongo que esto me acerca a ser un artesano del vídeo. Y eso es precisamente lo que haré si soy vuestro videógrafo. Crear para vosotros un vídeo único, que no se parezca a ningún otro. Porque vuestra historia no se parece a ninguna otra. Tiene alma propia, y me encanta ser yo el que la descubra y la cuente ¿Hablamos?
Me gusta pasar desapercibido, en la mayoría de los momentos de vuestra boda. Si es posible sin que vosotros y vuestros invitados reparéis demasiado en que estamos grabando (es normal que me acompañe otro videógrafo al menos en la ceremonia y el cóctel) . Sólo así se consigue naturalidad, y aparecen gestos y emociones tal y como serán el día de vuestra boda. El halo cinematográfico que tendrá vuestro vídeo surge de esta manera.
Hay muchas formas de rodar una boda. Tantas como videógrafos. Pero rodarla bien, con planos bellos, cinematográficos y que muestren emociones verdaderas es un reto mayúsculo. Sin posibilidad de repetición, con imprevistos, prisas….Hace falta mucho saber hacer para conseguirlo. Es algo muy distinto a colocar la cámara y «ver qué pasa». No solo hay que tener los ojos abiertos. Si no miras con sensibilidad y alma, y no tienes la suficiente experiencia y talento será un vídeo que no despertará ninguna emoción positiva.
Es la base de contar historias en vídeo, rodar la acción y reflejar su reacción. No nos saltamos esa Ley Universal!
La gran diferencia entre lo amateur y lo profesional, saber dónde colocar la cámara y enfocar lo esencial. ¿No crees?
No es magia, es previsión y mirada artística. Porque sabemos como editarlo y darle sentido, sabemos cómo grabarlo.